DEPORTES Y PRODUCTIVIDAD

EL DEPORTE: Producto Ideal de Bienestar y Productividad. RUBEN FERNANDEZ DEL VALLE Administrador de Empresas - ICL y Periodista Económico Profesional, Director del Magazine “CARIBE HOY”. Hablar de una mezcla Bienestar/Productividad en un escenario puramente deportivo podría parecer, en un momento dado algo raro y salido de tono, especialmente para la gente ducha en los temas de los clásicos, sets, torneos, rankings, scores, abiertos, matchs, campeonatos, válidas y ese sinnúmero de eventualidades “sui géneris” que sólo saben manejar a la perfección quienes a diario trajinan en las diversas disciplinas del deporte. No obstante, con la mayor modestia y el ánimo de inquietar y motivar tanto a doctos como a profanos en este tópico, queremos abordar su análisis bajo una perspectiva totalmente diferente a la del ámbito de la confrontación y la competencia deportiva. Todos sabemos que el deporte, practicado como actividad física o actividad selectivamente deportiva, constituye para la sociedad, para las personas y para las empresas una necesidad social vital más, tanto como lo es el agua y la luz. El deporte, como indicó el Barón de Coubertain, “va en busca del medio para dominarlo, de la fatiga para derrotarla y de la dificultad para vencerla” es, para toda persona, una fuente eventual de perfeccionamiento interior, no condicionada por ninguna externalidad social, laboral, ni económica; es un patrimonio de todos por igual y cuya esencia no puede ser sustituida por nada. De allí su alcance como producto ideal de bienestar y productividad, es decir, como herramienta eficaz para la prevención de enfermedades y dinamizador activo de la economía. Las personas y las empresas, en este mercado globalizado y altamente competitivo, están expuestas a un sinnúmero de factores de riesgo que afectan las relaciones interpersonales, el bienestar general, la productividad y hasta la imagen de la organización: stress, alta presión, tabaquismo, sobrepeso, alcoholismo, drogadicción, depresión y tantos otros problemas físicos como mentales, donde por supuesto, no faltará el deterioro de la salud ocupacional con su consecuente incremento en los riesgos profesionales, la accidentalidad, el ausentismo y toda clase de eventos incapacitantes y costosos que van en detrimento del bienestar personal y general y; por ende, de la productividad individual y colectiva. El despliegue de estos factores de riesgo y su inoportuna contención, constituye un cáncer para las personas, las empresas y la sociedad, estudios recientes confirman la correlación existente entre los factores de riesgo con el alto promedio anual de gastos médicos, deterioro del bienestar y disminución de productividad. El ausentismo laboral es un problema mundial, se estima que en Canadá oscila entre 5-10 días al año, en Europa entre 20-25 días. Según estudios realizados en Chile, señalan que “durante los 90´s se perdieron anualmente un promedio de 16 millones de días laborales por licencias, ésto equivale a 44 mil personas sin trabajar durante un año”. Entendiendo por aumento de la productividad un aumento de la cantidad y/o calidad de bienes y/ o de servicios producidos. Aumentar la productividad al reducirse el ausentismo, con una buena preparación física y/o deportiva influye positivamente en el desempeño personal y laboral, de acuerdo a un estudio efectuado por la NASA, donde se comprobó bajo esta premisa un incremento en la productividad total de un 12,5%. Cómo subsanar y responder entonces ante esta delicada situación?. No existe un camino más expedito y seguro diferente a la práctica del deporte y la actividad física, como productos insustituibles de bienestar y productividad para las personas, las empresas y la sociedad en general. Los factores de riesgo a los que se ve expuesta la población y los altos costos económicos que afectan el crecimiento de los países y las empresas, sólo pueden ser prevenidos con programas de Bienestar, basados en lo posible, en actividades físicas y deportivas. Si entre todos impulsamos adecuadamente al deporte, teniendo en cuenta de que se trata de un importante elemento dinamizador de la economía creativa, por ser un excelente producto de bienestar y productividad, podremos convertirlo en una fuente de crecimiento socioeconómico, de empleo, de innovación y de recreación, mientras contribuye al mismo tiempo a fomentar la inclusión social, la diversidad cultural y el desarrollo humano sostenible.