“PRODUCTIVIDAD & EMPLEO”
LA CIUDAD AMABLE QUE QUEREMOS!
Por: RUBEN FERNANDEZ DEL VALLE
Hasta hoy, y en el más generalizado de los casos, nuestro imaginario colectivo ha venido concibiendo a “Sincelejo, Ciudad Amable” como el más moderno y cómodo santuario habitacional con limpias y remozadas obras arquitectónicas por doquier; amplias calles y avenidas surcadas “de cabo a rabo” por relucientes busetas recién compradas, repletas de felices pasajeros que van y vienen a hermosos parques, bellas alamedas, sofisticados centros comerciales, exquisitos barrios y pintorescas barriadas; con elegantes terminales y modernos paraderos; todo pulcramente integrado por un amoblamiento urbano de última generación operando, las 24 horas del día a la par de su acueducto, de manera electrónica con dispositivos digitales y soportes audiovisuales de fácil referencia: semáforos, señales, desplays, pronters y hasta enormes pantallas gigantes 3D en donde todos los transeúntes podrán orientarse sin demoras; además, múltiples pasajes peatonales adoquinados y sombrados, rodeados de lujosas vitrinas y; en fin, de una lista interminable de cómodos y atractivos escenarios que sólo la vida cotidiana moderna sabe imponer y de donde, claro está, desaparecerán como por arte de magia ó por fuerza de Ley, los mototaxistas, los vendedores ambulantes y estacionarios, todos los informales, los vagos, los desempleados, los mendigos, los dementes y, naturalmente, los vándalos, los melandros y los delincuentes de poca monta.
Como por arte de magia todo parece ser un sueño; un bello sueño que tendría la fuerza del milagro; del milagro que, a juicio de algunos, sólo puede ser producto de la cultura del cemento. Por ello hasta hoy sólo se habla de obras de cemento y concreto reforzado y parece ser que sólo ello constituye para los gestores del Proyecto el único componente esencial para construir a nuestra Ciudad Amable, dejando de lado el tratamiento especializado de factores tan vitales y obligatorios como la identidad, la pertenencia, el respeto, la disciplina social, la sana convivencia y la cultura ciudadana para la movilidad urbana, entre otros; como mezcla pedagógica intangible, ésta sí necesaria e imprescindible, para adobar ó “repellar” con el rigor de una eficiente estrategia integral de desarrollo, la secuencia de importantes obras que se han programado y que, ni más ni menos y mejor temprano que tarde, se tendrán que articular al Proyecto “Sincelejo, Ciudad Amable” como un obligado y eficiente ejercicio de civilidad donde se destacará la generación y el acrecentamiento de una sólida y verdadera cultura ciudadana, producto subyacente de la promoción de sus competencias, del preclaro reconocimiento y disfrute de derechos y deberes para los ciudadanos, de la exaltación del valor civil y de la concreción del compromiso de responsabilidad social y transparencia que tan importante inversión social requiere.
Modestamente Invito entonces a todos los coterráneos, propios y allegados, a contribuir con nuestros gobernantes y gestores a darle curso exitoso a la construcción de “Sincelejo, Ciudad Amable” que todos queremos; pero como Dios, la lógica y el sentido común, mandan. (iniciarcaribe.com)
LA CIUDAD AMABLE QUE QUEREMOS!
Por: RUBEN FERNANDEZ DEL VALLE
Hasta hoy, y en el más generalizado de los casos, nuestro imaginario colectivo ha venido concibiendo a “Sincelejo, Ciudad Amable” como el más moderno y cómodo santuario habitacional con limpias y remozadas obras arquitectónicas por doquier; amplias calles y avenidas surcadas “de cabo a rabo” por relucientes busetas recién compradas, repletas de felices pasajeros que van y vienen a hermosos parques, bellas alamedas, sofisticados centros comerciales, exquisitos barrios y pintorescas barriadas; con elegantes terminales y modernos paraderos; todo pulcramente integrado por un amoblamiento urbano de última generación operando, las 24 horas del día a la par de su acueducto, de manera electrónica con dispositivos digitales y soportes audiovisuales de fácil referencia: semáforos, señales, desplays, pronters y hasta enormes pantallas gigantes 3D en donde todos los transeúntes podrán orientarse sin demoras; además, múltiples pasajes peatonales adoquinados y sombrados, rodeados de lujosas vitrinas y; en fin, de una lista interminable de cómodos y atractivos escenarios que sólo la vida cotidiana moderna sabe imponer y de donde, claro está, desaparecerán como por arte de magia ó por fuerza de Ley, los mototaxistas, los vendedores ambulantes y estacionarios, todos los informales, los vagos, los desempleados, los mendigos, los dementes y, naturalmente, los vándalos, los melandros y los delincuentes de poca monta.
Como por arte de magia todo parece ser un sueño; un bello sueño que tendría la fuerza del milagro; del milagro que, a juicio de algunos, sólo puede ser producto de la cultura del cemento. Por ello hasta hoy sólo se habla de obras de cemento y concreto reforzado y parece ser que sólo ello constituye para los gestores del Proyecto el único componente esencial para construir a nuestra Ciudad Amable, dejando de lado el tratamiento especializado de factores tan vitales y obligatorios como la identidad, la pertenencia, el respeto, la disciplina social, la sana convivencia y la cultura ciudadana para la movilidad urbana, entre otros; como mezcla pedagógica intangible, ésta sí necesaria e imprescindible, para adobar ó “repellar” con el rigor de una eficiente estrategia integral de desarrollo, la secuencia de importantes obras que se han programado y que, ni más ni menos y mejor temprano que tarde, se tendrán que articular al Proyecto “Sincelejo, Ciudad Amable” como un obligado y eficiente ejercicio de civilidad donde se destacará la generación y el acrecentamiento de una sólida y verdadera cultura ciudadana, producto subyacente de la promoción de sus competencias, del preclaro reconocimiento y disfrute de derechos y deberes para los ciudadanos, de la exaltación del valor civil y de la concreción del compromiso de responsabilidad social y transparencia que tan importante inversión social requiere.
Modestamente Invito entonces a todos los coterráneos, propios y allegados, a contribuir con nuestros gobernantes y gestores a darle curso exitoso a la construcción de “Sincelejo, Ciudad Amable” que todos queremos; pero como Dios, la lógica y el sentido común, mandan. (iniciarcaribe.com)
QUE VALGA LA PENA ESTE MODESTO ENSAYO LITERARIO PARA RECORDARLE A TODOS QUE NUESTROS MOTOTAXISTAS, ESA GENTE QUE NADIE QUIERE, PERO QUE TODOS NECESITAN, TAMBIEN CUENTAN. ELLOS NECESITAN SER ATENDIDOS, COMO DIOS MANDA, CON PROYECTOS SERIOS DE ALTERNATIVIDAD LABORAL, OCUPACIONAL Y PRODUCTIVA; ASI QUE, MANOS A LA OBRA ! PARA QUE NUESTRA CULTURA CIUDADANA SEA UN EJERCICIO VERDADERAMENTE INTEGRAL Y PRODUCTIVO.
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